domingo, 23 de octubre de 2011

oscilante

oscilante, tembloroso helado en tus labios.

No puedo hacerme una idea más precisa

del mar si no es en tus labios, en la lúgubre

carnosidad de tus besos, los que ya no me das,

los que olvido en cada aniversario. Sobre esa arena,

de incontables granos de cuarzo, me cambio

de bañador, lo tiro a la basura, me sacudo

la tristeza, esa camiseta sudorosa de largas

noches de verano, y como tal, el otoño sucede

al verano en la conciencia de las estaciones.

Tiempo de castañas, desayunos de domingo,

manta y película y hacer el amor hasta los créditos.


Pablo Esteve. Donosti. Papiroflexia.

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