Que sí, que hace nueve años
que no nos vemos. Hemos
cambiado a horrores,
no, tú estás igual, caes
en la cuenta de una cosa
las mujeres son más densas
con el maquillaje y los hombres,
renacemos con lo de la belleza
está en el interior para evitar
las miradas sobre las canas
las arrugas, las barrigas
y ellas, compran prendas
en negro, dicen, son elegantes
mientras sonríen tímidamente.
Chica, estás igual, y desvías
esa garra, ese mordisco
en los tobillos del alma.
Chico, te encantaba pintar
¿sigues haciéndolo?, no
tengo hijos y son mi herencia,
perpetúan mis dotes
hasta que se les retiren
los dientes de leche.
¿recuerdas? y esa pregunta
le impone otra capa más
de reafirmante y a mí
me sale otra caries,
recuerdas ese olor a madera
quemada de primeros de septiembre
todos en fila india, sí, chica, estás
igual de espíritu y eso, es el punto
y final de una historia de amor
que pudo ser y no fue.
ya nos veremos, tenemos que quedar
más a menudo y sientes ganas
de doblar la esquina para llorar
un poquito, con mocos y luego
seguir como si nada, elegante
o cultivando lo de adentro
para que sea la bandera del afuera.
Pablo Esteve. Donosti. 22/12/2011
Poema esenciado
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