miércoles, 1 de junio de 2011

sacábamos la cola a las lagartijas

sacábamos la cola a las lagartijas.

concienzudamente. No lo sabían nuestros

padres. Luego descubrimos el sexo

en un descampado, en un solar cerca

del colegio. Cajas llenas de lo explícito,

muslos empapados, actividad frenética

y caras dislocadas por el placer que Luis

decía que era de mentiras. Fingían, nos soltaba

y se le hinchaba la vena del cuello. La vida

tiene su ciclo, teníamos la oportunidad,

una barra libre inmensa y estábamos más que

dispuestos a soltar amarras. Revistas que

pasamos de mano en mano. Sacábamos

la cola a las lagartijas en los ratos libres,

y las ancianas nos reprendían, qué horror,

se lo diremos a tu padre. Claro, te conocía

hasta el apuntador y era cuando la sangre

hervía y jugábamos con las postillas de las heridas.

Las lagartijas se escondían en unas grietas

por las que soñaba que se veía el mar.


Pablo Esteve. Papiroflexia para Ingenieros Aeronáticos. San Sebastián. 2011.

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