jueves, 30 de diciembre de 2010

futuro

May 19, 2010 at 0:06

No sé ya qué hacer, desestimado en las puertas del cielo,
sin poder pagar la cuota de acceso, sin ir correctamente
vestido, necesito catorce euros para pagar a un amigo
catorce para dormir, ilusionarme tres días, creerme
que cuento con una vida apacible, normal, de poderme
tomar un desayuno completo, de esos con zumo de naranja
natural, ducharme y lavar mi ropa que está de mugre
hasta arriba, que no la lavé desde hace una semana
que estoy aquí, claro que no recuerdo, no tengo
calendario en la puerta de la nevera, así que, igual
me confundo, tampoco robo, señores, no, hasta ahí
no he llegado, llevo ocho veinticuatro horas seguidas
que se dice pronto, sin comer en condiciones, quietos
fotográficos, estatuas de sal o mejor pimienta, standby
con la evidencia en los rostros de este vagón de metro
de que apenas los treinta tipos que salen conmigo
abortados por las escaleras, tendrían lo suficiente
para concederme el maldito paraíso, cincuenta céntimos
rascados en el bolsillo izquierdo o el de atrás, el de
anda, si tenía cambio, hacen un total exacto, comestible
de quince euros, que a lo mejor mañana, ese término
a las seis y cuarto del día siguiente, te mandan
a tomar por culo en el trabajo, que te importaba
una mierda, lo decías todas las noches a tu mujercita,
la misma que te aguantó hasta que ese mañana
tenía una nota para ti, au revoir, porque hizo su vida
y más que cambiar la cerradura, te dejó con la hipoteca
y una demanda de divorcio en la que pasarás una pensión
a laura, ya, aterradora, ya, pero es que ya no sé qué puedo
hacer para no salir mañana, precisamente en las noticias.

Pablo Esteve

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