miércoles, 13 de abril de 2011

el néctar de los ángeles

no comerás la fruta prohibida está bien clarito
para cualquier cristiano. luego pasa lo que pasa
y las ausencias se pagan mensualmente. aunque
quién dice no a lo que le atrae lo que le tira hasta
en la más absoluta restricción. no se puede vivir
cansándose con las noches interrumpiendo una buena
borrachera porque los aviones cruzan el mar negro
a ras del suelo y el sonido es tan doloroso que comes
cualquier fruta que se te ponga por delante porque
el resto es tan simple como tener un hijo de ojos azules
o esperar que las estrellas coman de tu mano u olvidarse
que vivimos en jardín utopía de por vida y que ciertos
segundos son más propicios a la eternidad que el sexo
de los ángeles. La promesa de deponer las armas, en el aire.

Pablo Esteve

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