tendré que odiarla cuanto antes, mucho antes
de que una sola de sus interrupciones termine
por disolver el discurso común. odiarla sin armarios
anotaste tu dirección apresurada cuando el cielo
ordena ocultarse en bares de conducta indecente
antes de que a las calles se les caigan los dientes de leche.
No hay comentarios:
Publicar un comentario